Era un hombre honrado, trabajador, de muy fuerte carácter. Nació el 15 de Diciembre de 1923 luego que su casa en Guaitó fue llevada por el barranco se fue al caserío Camburito, murió el 8 de Octubre del 2002. Hoy gracias a su hija Adelina por aportarnos estos datos y su fotografía Pascual pasa a la galería de personajes que dejaron su huella en este pueblo en este humilde trabajo de investigación.
Guaito . lugar que todo venezolano debe conocer, con el mejor clima y la mejor gente, paisajes de ensueño , pueblo espectacular y sano…..Quisiera agregar un poco de lo grandes que fueron mi suegro Pascual González y mi suegrita querida Isidra Vázquez, señores que juntos concibieron al ser humano más bonito de la naturaleza, mi mujer, con la que estoy unido hace cuarenta años. ¿Qué puedo decir de ellos? Personas que sin llevar mi sangre, me trataron como uno más de la familia desde el primer momento que los conocí, de franca sonrisa, empatía y buen humor, los dos de buen corazón, tesón y disciplina. Las horas pasaban desapercibidas, cuando los visitaba y charlábamos, iba apreciando y recorriendo con mi mirada sus rostros que eran señal de gran sabiduría. Tantas y tantas cosas que podría dedicarles con mi modesto escrito Ellos se entregaron en cuerpo y alma a su familia, a sus hijos. A pesar de sus muchos amigos y conocidos Pascual, nunca, jamás pisó una taberna para tomar sus vasos. Su ilusión era llegar a casa y ver a los suyos, lógico, sus hijos, cuatro hijas maravillosas y cuatro varones .Santos ..Asterio ..Euquirio …Pascualito..Ana..Oliva..Sol y mí querida ADELINA. Pero antes ya trabajaba diariamente para ayudar a sostener a su madre muy joven y a sus hermanos, que eran muchos. Fue cabeza de familia con quince años. Sus aficiones eran su familia y su trabajo. Mucho aprendí de el a pesar de verlo muy poco. Quisiera aprovechar en darles las gracia a mis queridos suegros que están en el cielo, por tan gran legado, por darme una diosa sin reparos, a mi doncella inconfundible y con los mejores méritos, por sus lecciones .Me han dejado tanta dicha y seguro que desde el cielo nos cuidan, a ella, a mis hijos y a la familia entera…gracias nuevamente por enviarme a su joya más preciada. Juan Carlos Silva Villaverde.
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